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Entrevista con Eduardo Pérez-Rasilla, experto en el teatro del Siglo de Oro

  • Lorena
  • Dec 10, 2017
  • 2 min read

Hemos tenido, la grata oportunidad de hablar con uno de los mayores expertos sobre el teatro de Siglo de Oro. Eduardo Pérez -Rasilla, profesor titular de la Universidad Carlos III de Madrid, ha dedicado gran parte de su carrera profesional al estudio de las artes escénicas y especialmente a su derivación del Siglo de Oro en España. Como tal, ha sido profesor de la Real Escuela Superior de Arte Dramático y es actualmente crítico teatral.

Para Rasilla, el interés del público durante el Siglo de Oro se centraba la acción, la mostración corporal del cuerpo en los sexos diferenciados, poder ver al ser humano representado a través de otros cuerpos. Actualmente, el público, busca formas de representación diferentes, sin embargo, el espectador actual continúa interesado en los temas de la época, así como el valor de la tradición cultural.

Asegura que los espectadores que acuden actualmente a actuaciones inspiradas en representaciones del siglo de Oro (Especialmente en un espacio tan clásico como puede ser el teatro de Almagro) saben que van a ver algo de otro momento histórico, lo que crea en ellos un mayor interés, frente a otras alternativas de ocio.

Destaca que, de igual modo, la visión de los espectadores cambiaba dependiendo del lugar que ocupaban en el corral de comedias. No solo por la diferente visibilidad, sino también porque, la división en la que se repartían las diferentes localidades por sexos y clase social, pues la percepción de los espectadores (dependiendo de su colectivo), era totalmente diferente. Las clases sociales más altas, eran los únicos que ocupaban localidades cómodas para poder ver correctamente la representación, mientras que las clases medias y bajas, se concentraban, de pie, pegadas al escenario. Caso distinto en de las mujeres que se veían obligadas a ver las representaciones desde la comúnmente llamada “cazuela” (primer piso) para, de este modo, evitar distraer a los espectadores o actores.

Una costumbre de separación que, curiosamente, se ha perpetuado en el tiempo, más tiempo del que se suele pensar, pues, ha continuado realizándose en España hasta el siglo XIX.

Recalca, que a pesar de que los corrales de comedias como el de la población de Almagro fueron realmente importantes en el momento, no debemos olvidar que existían otros lugares donde realizar las representaciones como en las plazas de los pueblos (donde se realizaban verdaderas competiciones entre poblaciones entre los pueblos) o incluso la compañía mejor valoradas socialmente que interpretaban únicamente en el ámbito cortesano y al que sólo se poesía acceder mediante invitación.

De igual modo dice que los géneros no se han perdido, pues al público sigue interesándole las piezas teatrales de comedia. A pesar de ello, admite que actualmente, demandamos muchos más género.

El experto afirma que es una pena el declive que ha tenido históricamente el teatro, y que otros entretenimientos como el cine o los conciertos atraen a un sector mucho más amplio de la educación. Rasilla, cree que la educación seria la clave, para fomentar un mayor interés por parte de la población, llevando el teatro a las aulas. Asegura que la presencia del teatro en el ámbito educativo, sería una herramienta, no solo para el conocimiento del mismo, sino que ayudaría a mejorar, la expresión corporal, el interés por las letras y las relaciones sociales de las nuevas generaciones.

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