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VESTUARIOS

El vestuario, ha sido, desde el comienzo de los tiempos, vital para la actuación. Este, ayuda a los actores a interpretar sus papeles de modo más realista. Tanto en el Siglo de Oro como actualmente su importancia ha sido constante.

           Los vestuarios, han sido y seguirán siendo uno de los elementos principales en el teatro como tal. Estos ayudan a los actores para interpretar y meterse de lleno en sus papeles. En ambos, tanto el Siglo de Oro como actualmente, la importancia del vestuario en teatro es muy significante.


            En el Siglo de Oro, el gobierno establecía las reglas en relación a las especificaciones de los vestuarios. En algunos casos había reglas más específicas, como en los Autos Sacramentales. En este tipo de obras, los actores tenían que vestir seda o terciopelo, y las mujeres no podían vestir extraños tocados, o faldas cortas que no les llegaran a la altura de los tobillos.

            No obstante, en algunos casos había reglas más específicas, como en los Autos Sacramentales. En este tipo de obras, los actores debían vestir seda o terciopelo, de igual modo, las mujeres no podían vestir extraños tocados o faldas cortas, puesto que algunas faldas se consideraban inadecuadas.


            Actualmente, el gobierno no toma parte en las decisiones sobre los trajes que visten los actores. Como norma general, los actores se ponen la ropa que el dramaturgo les indica para la obra. De hecho, la prohibición femenina es casi nula, pues ellas ahora pueden vestir con ropa mucho más reveladora.


           Durante la época, por lo general, los actores solo podían vestir un traje, a menos que el texto de la obra indicara lo contrario.  Ellos eran los encargados de comprar y fabricar sus propias vestimentas. Aunque el actor tan solo necesitaba un traje, por lo general, este era extremadamente costoso. Esto se debía a las exigencias del dramaturgo, pues, solía exigir ropa más elaborada.


          

         

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RITUALES

En el Siglo de Oro, los rituales y tradiciones con respecto al teatro eran muy similares a los de hoy en día. A pesar de ello, los rituales del teatro español eran muy diferentes los que se llevaban a cabo en el resto de Europa.

En el Siglo de Oro, los rituales y tradiciones con respecto al teatro eran casi similar a hoy. Sin embargo, para entonces las rituales del teatro en España eran muy diferentes que se las practicaban en el resto de Europa.

España fue uno de los primeros países en utilizar las obras teatrales divididas en tres actos, en lugar de los tradicionales cinco actos. Actualmente, la comedia continua teniendo tres actos, y utiliza los argumentos de la historia y el mito. Esta comedia se ha convertido en la forma  teatral más popular durante el siglo XVI

En el año 1587, el gobierno permitió legalmente que las mujeres actuaran en el teatro. Antes de este año, se consideraba inmoral que las mujeres actuaran. Y aunque sí existían papeles femeninos, eran representados por hombres vestidos de mujer.  Después la legalización, continuó siendo un tema complejo hasta el año 1599, cuando un decreto real declaró que solo las mujeres casadas podrían actuar en el teatro.
A día de hoy, se ha normalizado el hecho de que las mujeres actúen en el teatro de modo libre. Sin embargo, en el Siglo de Oro, en España aún era un concepto nuevo, con respecto al resto de Europa.

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LA MUJER EN EL TEATRO

Aunque las actrices han logrado un progreso significativo en cuanto a su independencia y libertad, todavía existe desigualdad dentro del mundo del espectáculo

Al comparar el papel de las mujeres durante la edad de oro con el papel de las mujeres en la actualidad, existen muchas similitudes y diferencias. Por ejemplo, las actrices actuales tienen muchos admiradores, al igual que ocurría con las actrices durante la Edad de Oro. Actualmente, estos admiradores están más intrigados con la belleza de la mujer. Además, muchas mujeres hoy en día todavía están empleadas como costureras y se encargan de arreglar las vestimentas para los actores.


Por otro lado, las mujeres de hoy tienen derecho a la libertad de elección, mucho más que las mujeres durante la Edad de Oro. Por ejemplo, ya no existe ninguna ley para mantener a las mujeres fuera de la industria y fuera del escenario. Asimismo, ya no hay asientos separados por razones de género como sí ocurría durante el Siglo de Oro en España.

Aunque las actrices han logrado un progreso significativo en cuanto a su independencia y libertad, todavía existe desigualdad dentro del mundo del espectáculo. Por ejemplo, hay una falta de diversidad en Hollywood, demostrado por el análisis que encontró que las mujeres representan solo el 19% de todas las nominaciones al Óscar.

Indudablemente, todavía existe un problema de desigualdad de género en la industria del cine y del espectáculo. Hoy en día, muchas mujeres talentosas todavía se quedan atrás, no son tomadas en serio, y reciben un salario menor que sus compañeros de trabajo.

A pesar de esto, es mucho más fácil para todas las personas, incluidas las mujeres y las actrices, hablar en contra de esta desigualdad, debido a la creación de plataformas de redes sociales y los avances en la tecnología. Como se ve, a pesar de la gran cantidad de tiempo que ha transcurrido entre las carreras de las actrices durante la Edad de Oro y las actrices de la actualidad, aún hay un sorprendente margen de mejora en cuanto a cuestiones de igualdad y libertad. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer.

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 OBRAS DEL SIGLO DE ORO Y DE AHORA

No obstante, parece que la gente acaba admirando a un artista por sus aptitudes para romper con las reglas y ofrecer algo diferente a lo que resulta común durante su tiempo.

Las mejores obras suelen provenir de los mejores escritores.


Lope de Vega por ejemplo, es conocido como uno de los mejores escritores de los todos tiempos y uno de los dramaturgos por excelencia del Siglo de Oro español. Algunas de sus obras mejores son El Acero de Madrid, El Perro del Hortelano, El Anzuelo de Fenisa o la aclamada Fuenteovejuna. Lope de Vega llegó a escribir un gran número de obras, especialmente dramas. Sin embargo, al público le gustaban sus obras porque Lope no seguía a raja tabla las reglas estrictas que gobernó el género durante esa época. Así pues, Lope de Vega solía introducir personajes tanto cómicos como trágicos en sus obras, no siempre respetaba la unidad temporal, ni de acción o de lugar. No obstante, siempre se adaptaba a las preferencias del público y no tanto a las reglas que imperaban en la actividad teatral de su época.

Actualmente, uno de los mejores dramaturgos es José Echegaray. Su obra más popular es El Gran Galeoto, un melodrama que recoge sus ideas sobre el teatro. Las opiniones y pensamientos que incluye a lo largo de toda la obra, son fuertemente alabados por muchas personas en la actualidad. Echegaray y sus obras son populares hoy porque tienen la capacidad para revivir las tradiciones del drama español de una manera original e innovadora.


Es interesante destacar que, durante el Siglo de Oro, Lope de Vega era elogiado porque no cumplía a las reglas. Sin embargo, hoy, José Echegaray es alabado porque ha sabido traer las antiguas tradiciones del drama español a las obras contemporáneas. No obstante, parece que la gente acaba admirando a un artista por sus aptitudes para romper con las reglas y ofrecer algo diferente a lo que resulta común durante su tiempo.

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Esta soez expresión, se empleaba en el mundo teatral como una manera de desear todo lo mejor antes del comienzo de una representación de teatro. Al contrario de lo que pueda parecer, no significaba nada negativo, sino todo lo contrario, era una frase hecha que se utilizaba para desear suerte antes de la función. Actualmente, esta expresión se utiliza en muchos más ámbitos más allá del teatro o simplemente para desear suerte a alguien.
En cuanto a su origen, este se remonta a aquella época en la que las familias más pudientes asistían a las funciones teatrales, o corrales de comedias en esa época, con sus carruajes y coches de caballos. Una vez que estos llegaban, los caballos defecaban o hacían sus necesidades justo al lado de la puerta del lugar. Antes de dar comienzo a la función, uno de los miembros de la compañía teatral se asomaba y veía la cantidad de excrementos depositada. En este contexto, cuanta más cantidad de excrementos había mucho mejor, puesto que esto significaba que había más gente pudiente entre los espectadores. Como matiz, es importante destacar que en estos años la entrada al teatro era gratis, y el dinero recaudado dependía exclusivamente del dinero que los espectadores lanzaban al escenario una vez concluida la obra. Por lo tanto, era más favorable que gente de dinero se encontrara entre el público.
Así pues, los trabajadores de la compañía teatral se agachaban para recoger este dinero lanzado por los espectadores, de ahí que se utilizase también la expresión “rómpete una pierna”, es decir, era otra forma de desear suerte, puesto que cuanto más dinero te lanzaran, más te tenías que agachar y más posibilidades tenías también de romperte una pierna.

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